Adiós al paisaje,
Por Jesús Carrión Olarte. Arquitecto
Si usted se encuentra disfrutando de sus vacaciones en algún municipio de
.Porque tal vez usted no esté informado, pero recientemente se han aprobado los proyectos de parques eólicos de
En pocos meses (y si nadie pone remedio)
- Pero ¿hablamos de degradación o transformación del paisaje?¿No son acaso los actuales aerogeneradores equivalentes a aquellos molinos de Don Quijote? -
Pues no. No, por más que se empeñen sus promotores mostrándonos sus aerogeneradores con bonitas puestas de sol. Ni aquellos molinos miden cien metros, ni se construían en cumbres, ni necesitaban enormes pistas de acceso y desmontes, ni iban asociados a transformadores y tendidos de alto voltaje cruzando el paisaje. Así que ubicados como están ubicados, no le quepa duda: degradación.
-¿Pero no son los parques eólicos el paradigma de lo ecológico y de la sostenibilidad?-
¿De lo ecológico? Así, desde luego que no. Puede que la energía procedente del viento sea limpia, pero una instalación eólica no carece de afecciones. Si hay una expresión que resuma los impactos de un parque eólico, que recoja en un solo concepto su incompatibilidad con el paisaje natural, con la vida que alberga, con el disfrute de su tranquilidad, este es la industrialización del monte. De hecho un parque eólico es eso, una industria, y en un paisaje natural, aerogeneradores, pistas y tendidos eléctricos están sencillamente fuera de lugar. Así que un parque eólico, ubicado en montes que contienen una rica biodiversidad y un alto valor paisajístico, de ecológico tiene bastante poco.
¿Y de la sostenibilidad? Pues tampoco, al menos de la de los municipios de interior, que tienen en el paisaje y su riqueza natural su principal activo para su desarrollo.
Así que (y si nadie pone remedio, pronto) vaya diciendo adiós a los paisajes de
Y vayan diciendo adiós los habitantes del lugar a las posibilidades de un desarrollo sostenible. Con parques eólicos por doquier, sin paisaje, imposible.
O el Plan Eólico Valenciano, aquel plan que supuestamente debía servir para poner orden en la implantación de la energía eólica, es objeto de una profunda y urgente revisión, o en pocos meses (y si nadie pone urgentemente remedio) sufriremos una pérdida irreparable de buena parte de nuestro patrimonio colectivo. Y todo ello, con la excusa de lo ecológico y del dudoso desarrollo de los municipios de interior. Perversa ironía.
2 comentarios:
los molinos son degradantes del paisaje y de las especies animales del monte y a pesarde eso aun habiendo pueblos a escasos 2 kilometros de los molinos no persinten luz de ellos,tal como la aldea de alcotas en la serrania de chelva y calles,pero los alcaldes de dichos pueblos si que se alimentaran de los veneficios de los molinos,gracias,chelva y calles
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